¿Cuándo acudir a un psicólogo?
ADULTOS
En ocasiones no sabemos cuándo necesitamos acudir a un psicólogo, nos sentimos tristes, nerviosos, irascibles pero no sabemos qué ocurre ni cómo solucionarlo. A continuación presentamos algunas señales a las que debemos prestar atención y buscar ayuda psicológica profesional en caso de que aparezcan de forma intensa y repetida en el tiempo:
- Preocupaciones que no me puedo quitar de la mente
- Tristeza, bajo estado de ánimo
- Nerviosismo
- Irritabilidad
- Desgana, apatía
- Dificultad para disfrutar
- Aislamiento social
- Dificultades en el sueño
- Alteraciones en el apetito
- Aparición de dolor o problemas físicos
Un psicólogo te puede ayudar a aprender las estrategias y habilidades adecuadas para hacer frente a tus preocupaciones y problemas. Cuando nos sentimos mal pensamos que es muy difícil salir de ahí, pero con la terapia psicológica podemos aprender a comprender lo que ocurre y qué tenemos que hacer para sentirnos mejor.
En el Servicio de Psicología ofrecemos evaluación, diagnóstico y tratamiento psicológico a toda la población, en un amplio rango de dificultades que afectan a la salud psicológica y física.
¿Cuándo acudir a un psicólogo
Infanto-juvenil?
La infancia y la adolescencia son etapas especialmente importantes en la vida de las personas, periodos caracterizados por constantes y profundos cambios, tanto a nivel físico como psicológico y social. A menudo los padres se encuentran con que no son capaces de hacer frente a los problemas que presentan los hijos, a veces no saben cómo afrontar determinadas situaciones de la vida cotidiana y se hace necesario recurrir a un psicólogo infantil.
En el Área de Psicología Infantil ofrecemos evaluación, diagnóstico y tratamiento psicológico a la población infantil (niños, adolescentes, y a sus familias), en un amplio rango de problemas que afectan a su bienestar y al estado de ánimo.
Acudir al psicólogo infantil es una decisión siempre delicada para los padres. Pero es importante comprender que los menores pueden estar expresando desajustes y dificultades emocionales que conviene atender cuanto antes, para evitar que los primeros síntomas evolucionen incorrectamente. A continuación detallamos algunas situaciones a las que aconsejamos prestar atención. Siempre es conveniente consultar a un especialista cualquier comportamiento o conducta que nos resulte, por su intensidad o por su frecuencia, difícil de entender o explicar.
- Cuando manifiestan enfados, rabietas, berrinches, desobediencia, alteración o perturbación en casa o en el aula, que genera malestar a los padres, hermanos, profesores, compañeros de clase, etc.
- Problemas emocionales: tristeza, ansiedad, inseguridad, ira, frustración, irritabilidad.
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Problemas de comportamiento: no querer estar solo, evita ir a clase, tener problemas con su aspecto, dificultad para decidir o cambia mucho de opinión.
- Por una situación familiar especial (duelo, nuevos hermanos, divorcio de los padres, etc.)
- Ante problemas de conducta alimentaria.
- Cuando las emociones y comportamientos del niño o niña puedan tener repercusiones futuras en las relaciones con los demás (aislamiento social).
¿Cuándo acudir al neuropsicólogo?
Si hemos sufrido un daño cerebral (ictus, tumor cerebral, epilepsia, traumatismo craneoencefálico etc.) y/o un trastorno del neurodesarrollo (TDAH, autismo, síndrome alcohólico fetal, diversidad intelectual etc.) pero no sabemos qué ocurre ni cómo solucionar las dificultades cognitivas que se presentan (atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas). A continuación presentamos algunas señales a las que debemos prestar atención y buscar ayuda neuropsicológica profesional en caso de que aparezcan de forma intensa y repetida en el tiempo tras un daño neurológico:
- Dificultades de concentración
- Dificultades de atención (seguir una conversación, leer, etc.)
- Olvidos cotidianos (nombres, llaves, citas, etc.)
- Dificultades en el lenguaje (pronunciar, estructurar frases, encontrar palabras, etc.)
- Dificultades ejecutivas (planificación de tareas, incapacidad de parar pensamientos o frases, enlentecimiento a la hora de procesar la información, rigidez en el pensamiento, etc.)
- Cambios de personalidad (irritabilidad, desgana, apatía, tristeza, etc.)
- Alteraciones en el sueño
Un neuropsicólogo te puede ayudar, mediante un trabajo en equipo, a rehabilitar y a utilizar las capacidades cognitivas y motoras alteradas.
En el Área de Neuropsicología ofrecemos evaluación, diagnóstico y tratamiento multidisciplinar a toda la población, en un amplio rango de dificultades neurológicas que afectan a la salud cognitiva y física.
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